viernes, julio 11, 2014

"Los Tenenbaums", de Wes Anderson

Las películas de Wes Anderson parecen sonsacar la excentricidad de lo más cotidiano, ya sea por su sello estético de ambiente sobrecargado y colorido (tanto en el equipamiento como en los personajes) que roza lo kitsch sin alcanzarlo, o por su narrativa de cuento moderno, voz en off incluida, que exagera el relato hasta convertirlo en una antología de batallitas del abuelo. Me recuerda su cine al de Jean-Pierre Jeunet, si bien el director francés tiene una vertiente imaginativa que se adentra en el realismo mágico, pero contemplo el discurso de "Los Tenenbaums" y a ratos me viene a la mente "Amélie" (son del mismo año ambas películas, del 2001), lo cual para mí es una virtud.

"Los Tenenbaums" cuenta la historia de una familia extravagante de la alta sociedad neoyorquina. El padre, encarnando magníficamente por Gene Hackman, es un ex-abogado caradura y vividor que ha pasado bastante de la educación de sus hijos, faceta de la que se ha encargado la madre, Anjelica Huston, que, como esas madres tigre orientales, ha potenciado las capacidades de los niños hasta convertirlos en unos pequeños genios: uno de las finanzas, otra del arte y el pequeño para el deporte. Niños superdotados: todos los padres piensan que tienen uno: el apoyo incondicional y deslumbrado durante la infancia desaparece con el aumento de la edad: de genio precoz a decepción adulta. La película es una alegoría del descalabro del tiempo. Los tres niños se convierten en Ben Stiller, Gwyneth Paltrow y Luke Wilson, y el reparto se completa con otros actores conocidos como Owen Wilson (firma el guión junto a Wes Anderson), Danny Glover o Bill Murray, actor fetiche de la filmografía del director. Sí, un buen montón de nombres de postín suele figurar en los rodajes de las historias de Anderson, lo que hace pensar que sus guiones se rifan: comedia de prestigio.

Decía que "Los Tenenbaums" es el descalabro, los traumas vitales, la traición del tiempo, pero también, o quizás sobre todo, la esperanza de las segundas oportunidades: la oveja descarriada y el anómalo desahuciado tienen posibilidades de enmienda siempre y cuando se dirijan hacia el buen camino. Algo de moralina destila la trama, no acaba de romper el molde un guión que por otro lado no está mal, pues obtiene algunas escenas extraordinarias en un montaje ágil que se contrapone a un tono frío, desapasionado y nihilista para las actuaciones de los retoños Tenenbaum, consiguiendo la cinta en ese contrapunto un cierto swing. Bueno, el swing también lo aporta su magnífica banda sonora. Espíritu independiente.


10 comentarios:

  1. Me gusta Anderson, y de esta pelícual guardo un recuerdo estupendo. No sé como aguantará la revisión, pero viendo lo mucho que me gustan las películas (las buenas) de Anderson creo que la volveré a disfrutar. La comparación con Jeunet no me convence: el cine de Anderson tiene bajo esa superficie amable bastantes más turbulencias que el buenrollista de Jeunet (y sobre todo en la pija "Amelie")
    Buena entrada y espero que para la próxima no haya que esperar tanto.
    Un abrazo

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    1. Sí, últimamente ando muy liado, pero espero mantener un promedio aceptable, je, je. Pues lo de Jeunet me vino a la mente de modo automático, sobre todo por la estética, por como se plantean las situaciones y como se producen los giros en la trama. Por supuesto que lo se cuenta es distinto. ¿O no tanto?

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  2. Mr. Licantropunk, a este film lo vi cuando se estreno; muy buen elenco y muy buena musica. Cordiales saludos y como siempre muy buen trabajo. Belknap.

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    1. No podía dejar de mencionar la banda sonora (¡The Clash un par de veces!). Estos directores modernos de comedia americana (Farrelly, Apatow, etc.) tienen un gusto musical notable.

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  3. Suena muy bien, Licantropunk. Nunca había escuchado el término swing para el ritmo de una película pero me gusta. Y si además la banda sonora, también contiene swing, pues es un elemento que juega para mí a su favor. La apunto. Abrazos y feliz verano.

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    1. Bueno, pues el término swing sirve para cualquier faceta artística que se te ocurra: hay cuadros que tienen swing, determinados poemas, párrafos de una novela... ¿Que qué es tener swing? Cuando algo lo tenga lo sabrás porque una leve vibración aparecerá en tu mente. Supongo.

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  4. Nunca había visto nada de Anderson hasta que estrenó Moonrise Kingdom. Entonces empecé con su filmografía (y este año me pasé por el Hotel Budapest). Y así se descubre que Anderson es de esos cineastas que tiene un universo particular que sabe perfectamente llevar a sus películas... Un mundo visual especial con el que se puede conectar o no pero no deja indiferente.

    Sus primeras obras como la que reseñas o Life Aquatic todavía no han caído en mis manos... pero has despertado mis ganas...

    Besos a ritmo de swing
    Hildy

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    1. De lo primero que tiene me parece que ésta que comento o "Academia Rushmore" son de lo mejor, de lo imprescindible. Notable cineasta.

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  5. A mí me encanta este tipo y sus personajes descabalados, perdidos y entrañables, o no pero da igual, con sus rarezas a cuestas. Esta no recuerdo haberla visto asi que me pongo a ello. Me apetece algo así estos días...

    Y entiendo el paralelismo del que hablas entre Jeunet y Anderson pero mientras el primero se me atraganta desde Amelie (uffff), del segundo no me he cansado nunca.

    y sí, estoy contigo el swing sirve para definir, incluso se puede aplicar a las personas, tal vez para lo que más, jeje.

    Saludos rítmicos!

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    1. Constato que muchos tienen poco a favor de "Amélie", pero a mí no me sucede, la verdad, la disfruté en su día y sólo con escuchar las melodías de Yann Tiersen para la banda sonora ya me viene la sonrisa. Como el perro de Pavlov, en fin.

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