sábado, diciembre 28, 2013

"El Hobbit: la desolación de Smaug", de Peter Jackson

Pienso qué escribir, y repasando la entrada de hace un año dedicada a "El Hobbit: un viaje inesperado", me doy cuenta de que la mayoría ya quedó dicho. No es un menosprecio, ni mucho menos, sólo la constatación de que esta trilogía, al igual que sucedió con su antecesora saga cinematográfica de "El Señor de los Anillos", conformará una película divida en tres partes: tres episodios en los que los dos primeros terminarán de forma más o menos abrupta y dejarán al espectador en suspenso durante meses para comprobar cómo continúa la aventura. Claro que siempre pueden leerse el libro: ya deberían haberlo leído: los escritos de J. R. R. Tolkien ocupan un lugar destacado en la Historia de la literatura.

"El Hobbit: la desolación de Smaug" es por tanto un pasaje de transición. No, tampoco es un menosprecio. Más allá de que la adaptación al cine de "El Hobbit" se planificara inicialmente en la extensión de una única película y a que a la postre se tomara la decisión de que el metraje final ocupe tres, teniendo que prolongar tramos del libro mucho más en el celuloide que lo que abarcaban en la letra impresa, los momentos álgidos de esta segunda parte son imprescindibles y están retratados de un modo extraordinario, marca de la casa: el encuentro con Beorn, el enfrentamiento a las arañas del Bosque Negro, los elfos de Thranduil, la Ciudad del Lago, la entrada en Erebor. Y Smaug. Hic sunt dracones. Todo en 3D HFR, un formato que realmente hace que la imagen sea tridimensional y que en algunas escenas, como en los salones llenos de tesoros de Erebor y en el combate contra su terrible guardián, produce unos resultados espectaculares.

Respecto a la historia original, esta segunda parte me parece más alejada aún de la lírica de cuento infantil que sí resultaba presente en la primera. Se eleva el tono de la acción llevándola hacía el extremo de lo que la tecnología digital de efectos especiales puede dar de sí. La comprobación es sencilla: léase el capítulo 9 del libro, Barriles de contrabando, y compárese con la trepidante lucha mortal entre orcos, elfos y enanos, navegando sin control por los rápidos del rio del Bosque, que termina produciéndose en la película. Además se incluyen en esta entrega los inverosímiles disparos de flecha del elfo Legolas (Orlando Bloom con un aspecto más maduro que el de cuando le tocó interpretar a Legolas hace una década, lo cual resulta una paradoja, ya que los hechos de El Hobbit anteceden a los de El Señor de los Anillos en sesenta años) en una época de la Tierra Media en la que aún no le toca ser protagonista. También hace aparición un personaje inexistente en el universo tolkieniano: la elfa Tauriel encarnada en la no menos élfica presencia de Evangeline Lilly: todo sea por ampliar horizontes y producir subtramas que, ojalá, no lleven a la película a "vivir del cuento" más de lo que sería aconsejable y prudente.

A esperar la conclusión, horas de cine que están siendo muy disfrutadas. Entre otros asuntos, la tercera parte traerá con ella la Batalla de los Cinco Ejércitos, supongo, como supongo también que la interpretación de la épica de Tolkien que ha llevado a cabo Peter Jackson seguirá produciendo asombro y escasa decepción.


13 comentarios:

  1. Es una lástima que Jackson se lo tome a veces a cachondeo esta épica. Por ejemplo, la persecución de los enanos a través del río y Legolas salte de esa manera y se coloque sobre las cabezas de ellos lanzando flechas sin parar. Puro videojuego. Y ese río tan de parque temático.Pero lo demás me parece magnífico, y no tanto que tengamos que esperar todo un año después de ese final tan abrupto,como bien dices.

    Felices fiestas,amigo.

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    1. Sí, esa secuencia que mencionas y que yo empleo para comparar con el contenido del libro, es de las más prefabricadas de la película. En todas las entregas de Tolkien que ha realizado Peter Jackson ha habido alguna en ese sentido. Pero no, no es nada que perjudique el resultado.

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  2. Jackson le tomó la mano y están muy bien hechas... entonces no molestan sin 3 o 10... que sigan las precuelas! ja... salu2...

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    1. No sé si se tendrá pensando continuar con adaptaciones de Tolkien. "El Silmarillion", otra obra extraordinaria, me parece muy difícil de llevar a la pantalla, con su tono metafísico, pero en cualquier caso este director sería el adecuado. Lo que puede suceder es que empiecen a surgir spin-offs y guiones que tomaran el universo de Tolkien como excusa y en las que la calidad y el respeto al original se vayan al traste. La pasta manda.

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  3. No defrauda, pero la sensación de video juego en algunas escenas, como muy bien dice Francisco, es un defecto. Lo comercial, como siempre, dando la nota...
    Feliz año nuevo!

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    1. Es un peaje necesario, me temo. La inversión en una película como "El Hobbit" debe ser tremenda y la incertidumbre frente al resultado económico producirá insomnio en más de uno. Como dije es poca cosa que creo que no perjudica al resultado final. O igual mi juicio está cegado por el aprecio a la obra de Tolkien.

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  4. ... No me he metido con el mundo Hobbit...
    ... Tampoco con el mundo literario de Tolkien...
    Mientras, en la espera, disfruto de textos como el tuyo...

    Besos
    Hildy

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    1. Es difícil recomendar a Tolkien. No sé si mi pasión por su obra está motivado a que era una de mis lecturas de base en los tiempos en que descubres la literatura. Supongo que el público adulto puede tener la misma reacción de asombro y entrega total hacia su obra pero puede ser todo lo contrario, que le parezca una infantilada insustancial. Prueba y me lo cuentas, ¿no?

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  5. Al menos parece que la saga ha mejorado, quizás sea cierto que como "El Padrino" la segunda parte sean de lo mejor. Lástima que Jackson no pase más tiempo por la sala de montaje pues, como siempre, le sobra metraje y esos enanos me han parecido un poco Ewocks. Eso sí: todo mejor de lo que esperaba.
    Feliz Año.
    Borgo.

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    1. Feliz año, Borgo. A mí la primera también me gustó así que no puedo valorar esa mejora. Eso sí, te doy la razón en el alargue artificioso de la cinta: es como cuando haces comida para uno y de repente te llegan dos más a comer. Habrá que apañarse.

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  6. Y lo que las disfruto aunque he de reconocer que esas escenas inverosímiles en las que casi siempre aparece Legolas no logran convencerme pero... me aguanto, bien merece el resto (aunque el libro siga siendo mejor, como casi siempre que se enfrentan esas dos artes. No hay quien supere la producción y montaje de la imaginación propia, jeje, me da a mí).

    Feliz este que dicen que llega mañana!

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    1. Aquella anécdota del niño que a ver una de las primeras adaptaciones que se hicieron de "Tintín" para el cine de animación. Le preguntaron si le había gustado la película y dijo que sí, pero que le pareció algo extraña la voz de Tintín: en los tebeos tenía otra voz. Esa es la clave en estas adaptaciones: comprobar si la voz es la misma o al menos parecida, si el recuerdo almacenado no se ve traicionado.

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  7. Como peliculas puro entretenimiento. Espectaculares y bien hechas. Pero....Cortarlas en entregas y siempre en momento algido es de juzgado de guardia.

    Vale que hay que explotar el tema, pero esto me parece que es pasarse. Y que conste que digo que son magnificas, pero una tomadura de pelo...

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