sábado, noviembre 19, 2011

"El vientre de un arquitecto", de Peter Greenaway

Los vientres de las estatuas suelen pasar desapercibidos al paseo despreocupado de los turistas, más atentos a los rostros congelados, a la posición de los brazos, al sexo obsceno. Vientres tapados por una toga o esculpidos como un mosaico de azulejos: más fáciles de modelar con la habilidad de la maza y el cincel que con el sudor del ejercicio físico. Ni al turista ni al escultor le obsesionan los vientres de las estatuas. Por otro lado, la mirada del visitante sí se detiene en las cúpulas situadas en lo alto de los antiguos edificios públicos, cúpulas grandes como estómagos abultados de antiguos senadores romanos reposando boca arriba (estómagos agradecidos, en cualquier caso). Teatros de grades aforos, monumentales coliseos, amplias plazas: generosas barrigas redondas. El arquitecto de cualquier época es un artista preocupado por la forma y un profesional ocupado en el espacio: estética y funcionalidad, frente a frente, pero el que logre conjugarlas triunfará. El vientre es la estancia más grande del cuerpo humano, el centro de gravedad que proporciona estabilidad al resto del edificio y que le da de comer: una casa sin cocina no es más que una habitación de hotel prescindible, fugaz, temporal, mientras que el hogar (donde se hacía el fuego) siempre estaba en la cocina. Así que un arquitecto no puede ignorar el valor de la panza. ¿No se dice que para conocerse a uno mismo hay que mirarse el ombligo? Si lo contemplas demasiado rato puedes llegar a pensar que ese ombligo es el ombligo del mundo.

Un famoso arquitecto estadounidense, Stourley Kracklite (Brian Dennehy en el que sin duda sera papel estelar dentro de su magnífica carrera, apuntalada como secundario de carácter) y su esposa Louisa (Chloe Webb; esta actriz había pegado fuerte en su película anterior interpretando a Nancy Spungen, al lado de Gary Oldman, en "Sid y Nancy" de Alex Cox: cult movie)  viajan a Roma. Él es un experto en la obra de otro arquitecto, Étienne-Louis Boullée, arquitecto francés del siglo XVIII, y va a ser el encargado de organizar una gran exposición alrededor del tal Boullée: diseños megalómanos de raíz neoclásica, repletos de geometría y volumen, de columnas y de esferas: diseños de ciencia ficción: diseños que inspiraron la arquitectura nazi de Albert Speer.

Quizás la tensión de llevar a cabo la tarea sea excesiva, quizás lo sea la comida italiana o quizás el origen de todo esté en tener una esposa joven y bella, pero al arquitecto le duele mucho el vientre. Hipocondría clásica entre las ruinas de una civilización extinta, restos como huesos clavados en la tierra, piedras que atestiguan un desmoronamiento lejano, un derrumbe del tiempo, como el propio cuerpo corrompido por la enfermedad del espíritu, por la edad que ahoga la ilusión y pulveriza las esperanzas. A Kracklite le afectan las historias que escucha de antiguos personajes, padeciendo los síntomas que llevaron a aquellos a la tumba: si al emperador Augusto le envenenaron los higos que le ofreció su esposa Livia, Kracklite vomita los que cenó esa noche; si Boullé murió por un cáncer de páncreas, los dolores de Kracklite deben tener exactamente el mismo origen. Kracklite arrastrándose borracho sobre su vientre: exponer y morir.

Peter Greenaway muestra de nuevo su devoción por el arte (escultura y arquitectura en esta ocasión), la anatomía y el exceso. La película está rodada en Roma así que los espectaculares ambientes barrocos típicos del director, se apuntalan esta vez en la propia geografía urbana de la capital italiana. Y, cómo no, una banda sonora excepcional. El guión es lo que no me acaba de convencer en esta película, y tampoco sabría decir el porqué. Me parece que no es un guión redondo... como un vientre.

11 comentarios:

  1. Mr. Licantropunk, conozco el film pero le tengo pendiente, he visto su publicidad mas de una vez, ahora ya hace mucho que no lo veo; Brian Dennehy es un genial actor. Un saludo y muy buena entrada.

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  2. Me gustó, pero me pasa como a ti no termina de convencerme el guión del todo. Por momentos me pareció que Greenaway bebía de Antonioni (no de una, sino de varias de sus películas), e incluso de Rosellini en aquel "Viaggio a Italia".
    Muy buen post, amigo Licantropunk.
    Saludos!

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  3. Belknap: Brian Dennehy es muy bueno, sí. Pero su imagen no la tenemos asociada, ni mucho menos, a películas como ésta. Excepto si has visto ésta, en cuyo caso ya no lo podrás asociar a ninguna otra.

    Ethan: la referencia a Antonioni y a "El eclipse" me vino a la cabeza cuando veía la película, igual que Fellini y "La dolce vita", "Roma" o "8 y medio", pero luego no he puesto nada sobre eso. ¡Voy a tener que ver las películas con lápiz y papel para recordar cuando luego me ponga a escribir! (que fue acto seguido y de madrugada: la noche inspira un cierto jaleo mental). La de Rosellini no se me había ocurrido y es otra referencia exacta, qué razón tienes.

    Saludos a los dos.

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  4. No he visto la película; he oído hablar de ella, pero de este director sólo he visto "El cocinero, el ladrón..." Brian Dennehy.¿Su carrera cinematográfica no terminó cuando "John Rambo" se lo merendó?

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  5. No la he visto y tampoco es que me llame mucho la atención. Pero tu primer párrafo me ha encantado.

    Saludos.

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  6. Definitivamente habrá que reivindicar el vientre como simbología artísitca. Película original, sin duda. Saludos.

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  7. Greenaway tiene un estilo inconfundible, su cámara es como la paleta del pintor y suelen gustarme sus trabajos. Esta y algunos de sus cortos (tengo un deuvedé de cortos de Greenaway) son para darles de comer aparte dentro de su filmografía. En realidad todas son para eso, pero el vientre para mi queda excluida del resto, es la que menos me gusta, salvando la memoria a Boulléé,. De todas formas la escena de las fotos de las infidelidades tiene su miga. Y ese final a lo "tragedia griega": uno más en el mundo y uno menos...

    Saludos!

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  8. Una buena reseña para una película y director un tanto caóticos.Debo confesar que a mí Greenaway no me gusta mucho y sus experimentos me aburren,pongo por caso esa chorrada creada para internet del hombre con las maletas.He podido leer varias entrevistas y sus declaraciones me parecen un tanto nefastas poniendo a parir toda la historia del cine.Menudo subión me lleva el tipo.Despotrica de todas las obras maestras del cine creyéndose ser el director de referente para las generaciones futuras.El cine está muerto,asesinado por los grandes empresarios que producen películas como churros para los más descerebrados,y,también,por culpa de estos tipos que van de alternativos.Eso sí,El vientre de un arquitecto es posiblemente su mejor película.Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices de ella.

    Un abrazo,amigo.

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  9. Otra a la que no di ni diez minutos. Me resultó un rato insoportable...

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  10. Kezo: creo que ésta es después de aquella así que no, parece que sobrevivió a Rambo.

    Kinezoe: gracias. Quizás a tu lado melómano si le gustaría.

    Marcos Callau: esta película invita a ello, sin duda.

    Babel: a mí tampoco es de las que más me gustan de Greenaway. Y el final, de lo que menos.

    Francisco Machuca: no conozco eso del hombre de las maletas así que lo buscaré. A este director me gusta ver su obra y no oírle a él (por ejemplo en la entrevista que el año pasado le hicieron en "El séptimo vicio") porque tienes razón en que va de sobrado. Sobrado de ego, como tantos otros grandes artistas. Pero eso no quita que mucho del cine que ha hecho me parezca muy interesante y a ratos fascinante.

    Tomás Serrano: pensé que esta la hubieras aguantado por un interés más allá del puramente cinematográfico. Pero por otro lado... la insoportable cinefilia marca de la casa.

    Saludos a todos.

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  11. La verdad es que cuando la vi por primera vez, encontre cosas muy parecidas a las que comentas.

    No hace mucho, la volvi a ver y me parecio pretenciosa y abrurrida. Digamos que como tantas cosas, a veces es mejor conservar una impresion antigua, cuando esta es buena. Saludos y buen articulo

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