domingo, mayo 24, 2009

"La clase", de Laurent Cantet


Mañana por la tarde (hoy en realidad: ya es domingo, pero las madrugadas de los sábados suelen alargarse tanto como el metraje de la película que toque ver, más una cantidad variable en función de si apetece o no dedicar un rato a describir la sensación que quedó en la retina: hoy apetece) se sabrá la lista de los ganadores del festival de Cannes. El año pasado el gordo (aunque el azar no tenga mucho que ver y sí la calidad de las películas) cayó en Francia, en esta pequeña pero sorprendente cinta.
Basada en la novela "Entre les murs", su escritor, François Bégaudeau, es a la vez el guionista y el protagonista de la película. Describe sus experiencias como profesor de francés (no quiere decir que enseñe el idioma a otros: sería parecido a que un profesor de lenguaje en España fuera un profesor de español) durante un curso escolar cualquiera, dirigido a alumnos adolescentes que también son alumnos reales de cualquier instituto francés: todos ellos se interpretan a si mismos en mayor o menor medida, logrando una naturalidad extraordinaria: el mayor éxito de esta película es que sienta al espectador en el pupitre de un aula real. La fuerza de las interpretaciones genera un mundo virtual, el microcosmos de la clase, con una precisión tan grande que ya le gustaría ser capaces de obtener algo parecido a los apóstoles del 3D con gafitas: darle todo hecho al espectador le quita la mitad de la gracia.
El combate cotidiano entre el profesor y los alumnos, un combate dialéctico donde más que enseñar hay que convencer, resulta una tarea agotadora y desesperante. La sala de profesores parece el vestuario de un pabellón donde se esté desarrollando una velada de boxeo: unos aparecen derrotados después del combate y otros se preparan para saltar al cuadrilátero. La victoria, si la hay, será íntima y quizá tenga la forma de alumno agradecido o se alcance al tener la certeza del trabajo bien hecho. Quizá el único premio posible sea llegar al viernes. La película no cuenta nada más que el día a día, no hay hechos sorprendentes ni acontecimientos extraordinarios. El conflicto diario que se repite hasta el infinito.
En la novela "Jakob Von Gunten" de Robert Walser, se retrata la educación que se recibe en un instituto alemán de principios del siglo XX, el instituto Benjamenta. Educar no para desarrollar las capacidades intelectuales del alumno, sino para disciplinar sus instintos y encaminarle a acatar las convenciones morales y sociales del mundo que le va a tocar vivir. Destino marcado por la cuna: si eres pobre de cuna, serás pobre de mortaja. A pesar de la inutilidad del proceso educativo que se describe en la novela, el profesor es un dios venerable. En un pasaje del libro se describe como esperan los alumnos el comienzo de las clases: "Diez minutos antes, los alumnos ya estamos en nuestros puestos, cargados de tensión y expectantes, mirando fijamente la puerta por la que hará su aparición la directora": a más de un docente de hoy día, la frase le sonará a ciencia ficción.
La educación actual se basa en la igualdad de oportunidades. El objetivo último debe ser el de educación universal, para todos. Y de calidad, como dicen los políticos aunque no den detalles de cómo se alcanza esa meta. Jóvenes alienados por el consumo, repanchigados en el rincón más cómodo del tresillo, ignoran la magnitud de esa propuesta, el valor enorme que tiene el esfuerzo que otros dedican a diario para abrirles los ojos y que nunca más, finalizados los años de estudiante, van a disponer de tanto tiempo para investigar, indagar, explorar, profundizar. Provocar la necesidad de conocer, más allá del almacenamiento inútil de detalles enciclopédicos: la satisfacción del descubrimiento, de la curiosidad saciada. Leer a Walser, por ejemplo. O ver "La clase". Nunca el tiempo es perdido.

7 comentarios:

  1. Esta película me fascinó, me gusto enormemente. Por cierto acaba de ganar el Cannes de este año Michael Haneke con La cinta blanca.
    Y uno de los protagonistas de TArantino se llevó el premio a mejor actor. Cannes me parece el mejor Festival de cine, junto a la BErlinale.

    ResponderEliminar
  2. "La sala de profesores parece el vestuario de un pabellón donde se esté desarrollando una velada de boxeo: unos aparecen derrotados después del combate y otros se preparan para saltar al cuadrilátero." Parece una continuación de la reciente entrada sobre John Huston, pero es la realidad misma y yo puedo corroborralo.

    "Jakob Von Gunten" la leí hace mucho tiempo por recomendación de un compañero de Facultad y me sorprendió. Esa educación para la humillación y el servilismo es desasosegante. Extraña novela.

    Buena entrada. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Provocar la necesidad de conocer, ahí le has dado...
    La vi hace poco y me gustó, mucho. Tomo nota del libro.

    Saludos,

    ResponderEliminar
  4. Me dan ganas de llorar. Tienes que leer las cartas que me manda mi señor Tanner...dosis de realidad, las llamo yo.
    No he visto esta peli, pero sí recuerdo otra francesa estupenda "Hoy empieza todo" sobre una escuela primaria en una zona minera deprimida. Te la recomiendo, es emocionante.
    Besos de todavía domingo, robados al lunes.

    ResponderEliminar
  5. Me gustó, disfruté y cuando terminó me hubiera gustado seguir con el curso siguiente... jajaja.

    La prueba de que no son necesarios grandes recursos para contar algo que interesa y hacerlo bien.

    Saludos, Licantropunk!

    (Ayer vi Ponyo en el acantilado... me da en la nariz que disfrutarías de ella, doblemente: animación de lujo y puedes ir acompañado de algún peque que se quede igualmente boquiabierto)

    ResponderEliminar
  6. Blanca: una película muy buena. Me alegro por el premio de Haneke: me gustan todas las películas suyas que he visto y seguro que la última merece el galardón. ¿Qué hay que hacer para pasarse dos semanas en un festival de estos?

    Angelus: vi la escena de la sala de profesores y me acorde del vestuario de "Fat City", sí. Precisamente ahora estaba leyendo "Jakob Von Gunten" así que el ejemplo me pareció oportuno: el ejemplo de todo lo contrario.

    Babel: me parece enorme el problema de la educación. Uno ya ha vivido todo aquello y, más allá de que el modelo educativo sea bueno o malo, creo que se pierden oportunidades de abordar temas apasionantes, trenes que no vuelven a pasar.

    Lula Fortune: "Hoy empieza todo" es otra película maravillosa. O "La lengua de las mariposas" o "Los 400 golpes". Cine y escuela.

    Margot: ya me gustaría ir a ver "Ponyo" pero la cartelera de Salamanca es para echarse a llorar. Eso sí, si quieres ver "Angeles y Demonios" o "Hannah Montana" o "Noche en el museo 2", tienes 40 sesiones a tu disposición. Luego a llorar porque la gente adulta pasa del cine.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Licantropunk, aquí en Madrid empieza a ser un problema también, no creas... cada día cierran más salas y abren centros comerciales, aggg. Y las películas, incluso en salas chulas, duran dos semanas y woalá! a la sesión golfa o desaparecen...

    En fin, sí, tienes toda la razón...

    ResponderEliminar