martes, febrero 27, 2007

"Juego sucio (Infernal affairs)", de Wai Keung Lau y Siu Fai Mak

Infiltrados orientales. Esta película hongkonesa del año 2002 ha saltado a la fama a raíz de ser la inspiración de Martín Scorsese para la premiadísima "Infiltrados". Inspiración se queda corto: son la misma maldita película. Bueno, no, en realidad es la misma trama: la dirección, el montaje, la banda sonora, los actores (claro) , todo eso ha cambiado. En la historia la única diferencia relevante es que no hay triángulo amoroso alrededor del personaje de la psiquiatra y otra que no contaré para no desvelar el final. Y nada más, pequeños detalles del guión. La muerte del superintendente, la mano escayolada, el encuentro en el cine, las llamadas de móvil, el ascensor del final: todo igual.
Busco en imdb los créditos de "Infiltrados". En el apartado de guionistas aparecen William Monahan, Siu Fai Mak y Felix Chong. Estos dos últimos son los mismos de "Infernal Affairs" y supongo que figuran en la lista porque les comprarían los derechos para hacer "Infiltrados". Eso lo explica todo. O casi. ¿Cómo es posible que William Monahan haya sido premiado con el Oscar al mejor guión adaptado? En todo caso será el mejor guión copiado.

lunes, febrero 26, 2007

"Cartas desde Iwo Jima", de Clint Eastwood

Se dice que para el soldado japonés era peor el deshonor de ser hecho prisionero o de rendirse al enemigo que la propia muerte, y por tanto el suicidio era la alternativa preferida cuando no quedaba ninguna opción salvo la derrota. En la época de la Segunda Guerra Mundial la religión oficial del estado japones era el sintoísmo, con un rígido código de valores, y el centro del culto lo conformaba la figura del emperador. Se exaltaba el honor, el valor, el sacrificio personal y se despreciaba la muerte, puerta que se debía cruzar para unirse a los ancestros: más o menos como en cualquier religión. En Iwo Jima murieron casi todos los defensores japoneses, no sin antes causar un elevado número de bajas en el ejercito estadounidense. Ahí reside la justificación de lanzar las bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki: el coste de someter al imperio japonés, isla a isla, pueblo a pueblo, iba a ser demasiado elevado en tiempo y vidas: mejor matar cientos de miles de golpe y que todos los muetos fueran japoneses.
La película plantea que el fanatismo suicida del ejercito nipón residía sobre todo en algunos mandos, más cercanos a valores patrióticos que el pobre panadero obligado a cargar con un fusil. También se habla del desconocimiento del otro bando, la propaganda que lleva al odio ciego: los soldados rasos, de cualquier nación, tienen más similitudes que diferencias.
El ejercicio llevado a cabo por el director de contemplar una batalla desde los dos frentes ha producido dos excelentes películas, muy distintas en su forma. Mientras que esta última se adentra más en la psicología de los personajes y el desarrollo de la batalla, la otra me pareció más fría en sus actuaciones (ya tiene su propia entrada en este blog) y se centra más en la manipulación informativa que se produce alrededor de cualquier guerra.
No creo que Eastwood triunfe esta noche (se entregan los premios Oscar) pero ni puñetera falta que le hace: película en versión original en japonés, que parece hecha en blanco y negro, o mejor solo en negro, de tan poca luz que se ha utilizado: la película que le apetece y encima le nominan. Que se lo den a Scorsese que no tiene ninguno. Pero no el de mejor película. Ese, a "Babel".

domingo, febrero 18, 2007

"Babel", de Alejandro González Iñárritu

Una bala disparada en medio del desierto, atraviesa cuatro vidas: la de la víctima, una mujer perdida en un matrimonio agonizante para el que el tiro de gracia, ironías, resulta salvador; la de sus hijos, Hansel y Gretel perdidos entre dos mundos, cuidados por una Eva que será expulsada del paraíso (artificial) por su negligencia; el asesino, un niño cainita que recibirá el peor castigo, pues el tiro que desencadena la tragedia se convertirá en la quijada bíblica; y la cuarta historia, la del dueño del arma, una conexión un tanto forzada. Y sin embargo está última historia me ha parecido la más interesante, la más potente y la que seguro hace honor al título de la película: la Babilonia moderna puede ser cualquier capital del mundo y se explica mejor desde la perspectiva de una persona que no puede oír ni hablar: confusión en un océano de señales, de mensajes.
El año pasado gano "Crash", una película con una estructura muy parecida. A diferencia de esta, el tono de "Babel" es más pesimista, más real visceralista (tomo prestado el calificativo de Roberto Bolaño: estoy leyendo "Los detectives salvajes"). Si gana, será la consagración de un genero.

domingo, febrero 11, 2007

"Azuloscurocasinegro", de Daniel Sánchez Arévalo

El título es la descripción de un color: el color del traje que se suele utilizar para ir a una entrevista de trabajo (si el dios-entrevistador-plenipotenciario lo cree oportuno, obtendrás el trabajo; si encima tienes suerte, no tendrás que volver a ponerte ese traje en la vida). Para el protagonista de la película comprarse ese traje es un sueño inalcanzable. Será el disfraz infalible, cual capa de Supermán, que impedirá que descubran su identidad secreta: portero de una comunidad de vecinos que cuida de un padre enfermo que requiere atención constante y, para colmo, el portero tiene un hermano en la cárcel. Huir del origen humilde, ese pesado lastre para nuestros sueños de grandeza.
No creo en los procesos de selección. Es imposible saber qué persona va a estar mejor capacitada para un cargo por su aspecto, su currículum, unos formularios y cinco minutos de entrevista: suele ser un juicio para intentar descubrir todas las mentiras que cuenta el candidato y justificar una decisión tomada de antemano. Mi mayor defecto es que soy muy testarudo y cuando empiezo algo no paro hasta terminarlo. No, no tengo novia, para mí lo más importante es mi carrera. Me encanta el trabajo, puedo quedarme después del horario el tiempo que haga falta. Sin cobrar, claro. Cinco años vestido como Kurt Cobain y ahora quieres parecer Donald Trump. En la universidad no te han preparado para eso.
Divertida, entretenida, cinta que se puede encuadrar en el genero de la comedia madrileña. Se mueve entre el enredo, el desamor, los problemas familiares, con un tono humorístico que a ratos puede parecer excesivamente simplón (gracietas sobre el sexo, la homosexualidad, manidos tópicos del cine español que quizás sean señas de identidad caducadas pero que habrá que pensar que se siguen consumiendo sin reparo) y que sin embargo funciona muy bien para elaborar el sabor agridulce de la película. Director debutante digno continuador de las obras de Trueba o Colomo. Sin embargo a mí me ha recordado al "Verano de Kikujiro" de Kitano, y probablemente se deba al el uso insistente de la banda sonora como pequeños estribillos optimistas: Joe Hisaishi paseando por la Gran Vía.
Aire fresco entre tanta guerra de clanes (Alatriste vs Volver: el cine español no solo es débil en economía y en ideas, sino que acostumbra a enfangarse en reyertas estúpidas). Tres Goyas de gran merecimiento: el de mejor director novel y sendos premios a los actores Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez. Han superado el proceso de selección. Ya pueden quitarse el traje. Enhorabuena.

viernes, febrero 09, 2007

"El ilusionista", de Neil Burger

Folletín decimonónico. Mezcla extraña de "Sissi emperatriz" y "El show de David Copperfield". El mago de origen humilde se enamora de la duquesita desgraciada que debe casarse con el príncipe despótico y cruel. Aburre por previsible: total falta de intensidad. Y eso que cuenta con buenos actores como Edward Norton y el gran Paul Giamatti y una buena ambientación histórica, pero con ese guión no hay mucho más que se pueda hacer.
Cuento romántico para un público infantil.

domingo, febrero 04, 2007

"Volver", de Pedro Almodovar

Tres generaciones de mujeres, cadena de desdichas, marcadas por el adulterio, el incesto y el crimen. Por la locura que trae el viento, deus ex machina que nubla el entendimiento, altera los sentidos y mengua las voluntades: hoy hace un viento criminal. Los fantasmas de los antepasados, cuentos de aparecidos, recuerdan el ineludible destino que aguarda a los portadores de la sangre maldita. La historia condenada a repetirse, insoportable retorno, la carga más pesada.
Tragedia griega apenas mitigada por unos retazos de humor negro, marca de la casa, como tantos otros detalles. Al empezar a verla me pareció que estaba ambientada en los años setenta, impresión rota por la aparición de un teléfono móvil, porque todo recuerda a otra época: el papel pintado (otra película con el dichoso papel: cada vez que visito un pueblo busco estancias que lo tengan: imposible), coches con matrícula de la F (aún se ven), las peluqueras que atienden en casa, la limpieza de las sepulturas el día de Todos los Santos (certifico que esa costumbre perdura) y sobre todo Penélope Cruz disfrazada de matrona italiana de posguerra (en la película sale una escena de una película antigua italiana, donde actúa, creo, la actriz Anna Magnani: el homenaje debe ser más que casual).
Película de actuaciones femeninas, completamente de autor. No es de las que más me ha gustado, pero puede ser que pase a la historia del cine español. Todo depende de Oscar.

jueves, febrero 01, 2007

"Campamento Jesús", de Heidi Ewing y Rachel Grady

Cine de terror. Miedo, mucho miedo produce la visualización de este documental, que debe ser mentira, debe ser una ficción: tiene que serlo. Lo vi cuando se estreno y ahora he vuelto a verlo. Sí, era para tanto.
Niños sufriendo amargamente. Esa frase tan corta define el horror, el padecimiento tan gratuito al que se somete a estos pequeños arrasados en lágrimas porque se les ha cargado sobre sus hombros la responsabilidad de todos los males del mundo. Se les ha llenado la cabeza de estupideces sin fundamento con el único motivo de no dejar espacio a ningún pensamiento coherente. Lavado de cerebro. Crear soldados sin voluntad, capaces de sacrificarse por la causa: en el fondo tienen envidia de los terroristas suicidas que dicen combatir, de su fanatismo y de su entrega. Ejercito de votantes.
Sus maestros se burlan de la ciencia y a la vez se les enseña que los recursos naturales están para esquilmarlos sin contemplaciones (y para acabar con los incendios nada mejor que talar todos los bosques, Bush dixit). Pequeños cuerpos que se arrastran por el suelo frente a una imagen recortada del presidente de Estados Unidos, mesías del cristianismo renacido, señor de las moscas. Y donde Bush es dios, Darwin es un farsante, Harry Potter es Satanás y los demócratas sus acólitos. Y aunque parezca una broma, hay que tomárselos muy en serio.